domingo, 24 de abril de 2011
Cuando, infeliz, postrado por el hombre y la suerte,
en mi triste destierro lloro a solas conmigo,
y agito al sordo cielo mi grito vano y fuerte,
y, volviendo a mirarme, mi destino maldigo,
y sueño ser como otro más rico en esperanza,
tener su mismo aspecto, gozar sus compañías,
y envidio el arte de éste, del otro la pujanza,
hastiado aún de aquello que me daba alegrías;
si en estos pensamientos mi desprecio me espanta,
pienso en ti felizmente, y entonces mi consuelo
como una alondra a orillas del día se levanta
del mundo oscuro, y canta a las puertas del cielo.
Tal riqueza me ofreces, dulce amor recordado,
que desdeño cambiar con los reyes mi estado.
martes, 19 de abril de 2011
miércoles, 13 de abril de 2011
domingo, 3 de abril de 2011
Otra forma de querer. Foto y poesía de Jorge Rueda
Pasaba tanto tiempo quieta
que se convirtió en prisionera de si misma
y temia la libertad
tan apasionada era que, de tarde en tarde, no podia contenerse
sufria arrebatos de locura y se entregaba a conocer fuera de la
puerta siempre abierta de su jaula
vacilante, se lanzaba a la emoción
por las serenas y radiantes sensaciones
de esos pequeños saltos al vacío
que van buscando topezar con un mirar amigo
vibraba intensamente con el terremoto de sentires
que se atraen en un encuentro y en cada nuevo salto
creia arriesgar el equipaje de su vida
de pronto, se paraba , se quedaba pensativa
y sentía un intenso miedo
igual que el pájaro criado entre barrotes
que despues de disfrutar por poco tiempo del vuelo en
libertad, añoraba temeroso el abrigo de su cárcel
porque desconocía la voluntad de valerse
fuera de las rejas
enmudecía
y en ese instante o en otro mas tranquilo
volvía la cabeza al aparente calor de su prisión
en lugar de usar la poderosa arma de su inteligencia
para entender que es tan breve la vida
que no se la puede apreciar en su belleza cautiva
en una jaula,
que es posible , que todo es posible
que si,que hay que huir del sufrimiento, pero que eso
ciertamente ocurrirá el dia que estemos muertos
aunque no olvidaba el dulce placer de sus escapes
y quizás algún dia, o quizás ya tarde
alzaría el vuelo sin mirar atrás.
Jorge Rueda
que se convirtió en prisionera de si misma
y temia la libertad
tan apasionada era que, de tarde en tarde, no podia contenerse
sufria arrebatos de locura y se entregaba a conocer fuera de la
puerta siempre abierta de su jaula
vacilante, se lanzaba a la emoción
por las serenas y radiantes sensaciones
de esos pequeños saltos al vacío
que van buscando topezar con un mirar amigo
vibraba intensamente con el terremoto de sentires
que se atraen en un encuentro y en cada nuevo salto
creia arriesgar el equipaje de su vida
de pronto, se paraba , se quedaba pensativa
y sentía un intenso miedo
igual que el pájaro criado entre barrotes
que despues de disfrutar por poco tiempo del vuelo en
libertad, añoraba temeroso el abrigo de su cárcel
porque desconocía la voluntad de valerse
fuera de las rejas
enmudecía
y en ese instante o en otro mas tranquilo
volvía la cabeza al aparente calor de su prisión
en lugar de usar la poderosa arma de su inteligencia
para entender que es tan breve la vida
que no se la puede apreciar en su belleza cautiva
en una jaula,
que es posible , que todo es posible
que si,que hay que huir del sufrimiento, pero que eso
ciertamente ocurrirá el dia que estemos muertos
aunque no olvidaba el dulce placer de sus escapes
y quizás algún dia, o quizás ya tarde
alzaría el vuelo sin mirar atrás.
Jorge Rueda
sábado, 2 de abril de 2011
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